
Cuestión de estrategias. ¿Dónde están los principios de los partidos políticos? En una cajita en el fondo del mar.
Los partidos políticos solían ser una asociación de ciudadanos que compartían unos principios e ideologías concretos.
Sin embargo eso ha ido cambiando continuamente a lo largo del tiempo y ahora se han convertido en maquinarias electorales que lo mismo dicen «ocho» que «ochenta» con tal de pescar unos votos extra, como ya han demostrado en infinitas ocasiones cada uno de ellos…
¿El fin justifica los medios? Para los partidos políticos definitivamente si.
El viraje kamikaze de Albert Rivera.
Y digo de Albert Rivera porque dudo mucho que sea ni siquiera la mayoría del partido la que apoye este nuevo Ciudadanos que poco tiene que ver al que otrora naciera para combatir al nacionalismo en Cataluña ondeando la bandera de la socialdemocracia.
Evidentemente Cs fue cambiando hasta posturas más liberales, pero esa no es la cuestión.
Todos tenemos derecho a ir planteandonos nuestras creencias e ir cambiándolas cuando así lo consideremos pertinente.
Y los partidos políticos también.
Sin embargo no se trata de que hayan cambiado, sino de la velocidad a la que lo han hecho.
Todos los cambios en los principios que conforman una identidad se basan en procesos lentos y dolorosos. Darnos cuenta y aceptar que ya no somos lo que creíamos que somos no es fácil, y mucho menos es algo que pase de la noche a la mañana como el cambio que ha experimentado recientemente Cs.
¿Qué ha cambiado desde el pacto de legislatura que firmaron Sánchez y Rivera hasta hoy?
Muy fácil, Rivera piensa que Cs puede dar el sorpaso al PP y convertirse en el futuro presidente de España.
La Re-Azanrización del PP.
Mariano Rajoy tendría muchísimos defectos, pero el ser radical no era precisamente uno de ellos.
El Marianismo es de hecho una de las corrientes más moderadas de las que coexisten en el Partido Popular.
Pero el Presidente que leía el Marca y fumaba puros ya no está, y su legado se evapora.
Casado ha entrado por sorpresa, pero ha entrado, y como número uno del Partido irá laminando al sector Marianista capitaneado por Soraya Sáenz de Santamaría hasta que sólo queden las cenizas.
Tiempo al tiempo.
Casado es más del palo de Aznar y el Presidente destacó principalmente por su arrogancia y por su capacidad de mantener unido al partido.
Un partido al que se le empiezan a fugar votos por la derecha hacia su escisión más extremista: Vox.
Para reconquistar esos votos Casado se está viendo obligado a endurecer mucho su discurso en ciertos temas angulares en cualquier discurso político. Pero ese viraje no le va a salir gratis, porque por la izquierda tiene a Rivera comiéndole el voto moderado.
La manta siempre será demasiado pequeña.
Sánchez se frota las manos.
La gran crisis del PSOE es historia y Pablo Iglesias, que otrora pareciera un fiero león que prometía «ganarse el cielo por asalto», poco asusta a día de hoy.
El flanco izquierdo el PSOE lo tiene bien protegido.
Estas elecciones prometían duros enfrentamientos por el voto de centro entre Ciudadanos y los Socialistas, pero al final está todo resultando un gran «bluff».
Al llegar al campo de batalla Sánchez, armado hasta los dientes, montado en su gran caballo observó con cierto agrado y alguna sorna que estaba totalmente desierto.
-¿Dónde está Rivera?- se preguntó.
-Pues peleándose con Casado. – le dijeron.
-¿Y dónde está Casado? – pues peleándose con Abascal.
Y a Sánchez Primero «El hermoso» le dió la risa floja mientras espetaba:
-Pues to pa mi.
Y en esas estamos; si el PP quiere ser VOX y Cs quiere ser el PP, lo único que preveo es una victoria incontestable de uno de los políticos más resilientes de nuestra historia.
Ya veremos.
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